Hola, espero que tod@s se estén portando bien. (¡No como yo!)
Como prometí el domingo pasado, hoy voy a tratar el por qué se hace a veces difícil (como seguro se le ha hecho a muchos puertorriqueños) explicarle a la gente de otros países cómo se vive en Puerto Rico bajo las actuales circunstancias políticas. Traigo el tema a colación, siendo hoy (25 de julio de 2004) el día en que se celebra la implantación de la actual Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, hace unos 52 años. La forma de gobierno que se esboza en ese documento es de tipo autonómico, en la que Puerto Rico asume control de muchas áreas de su vida, con excepción de aquellas áreas reservadas al gobierno estadounidense, como las comunicaciones, el transporte aéreo y otras. Además, esta reación política provee para la existencia de conceptos tales como la moneda común (o sea, para quien esté leyendo esto en Ecuador, ya hace rato estamos dolarizados) y la «defensa común» (aunque ya yo quisiera ver al ejército o a la marina defendiéndonos de algún ataque un día de éstos…).
El caso es que en Puerto Rico subsisten tres tendencias políticas bastante disímiles: una tendencia que aspira a que Puerto Rico remache su más-que-centenaria relación política con los Estados Unidos mediante la integración (algunos opositores a esta idea dicen más bien, asimilación) a dicha nación como estado; una tendencia a que se mantenga la presente relación, aun cuando algunos de nosotros pensemos que es ambigua y transitoria (hacia una opción de mayor soberanía); y una tendencia a que Puerto Rico siga el camino de las naciones libres y soberanas del orbe mediante su independencia política y económica. Las dos primeras tendencias acaparan la mayor parte del favor público (generalmente, 47 ó 48% cada una), mientras que la tercera (que a mediados de los años 1950s llegó a ser la segunda fuerza política del país) prefiere un «premio de consolación» del 5%. (Y encima de eso, los simpatizantes de la independencia no se llevan unos con otros. De hecho, recuerdo como si fuera hoy una hoja suelta en la universidad, en la que un grupo acusaba a otro de ser marxista… ¡pero de los de Groucho, no de los de Karl!)
Recuerdo que durante mi estadía en Guayaquil (Ecuador) hace casi dos años, se me hizo un poco difícil explicarle a mi anfitriona cómo era posible que hubiera simpatías en Puerto Rico (país que en sí tiene unos rasgos culturales definidos) por la relación actual o potencial con un país de orígenes históricos y culturales diferentes. (Para entonces, el ingeniero sobre cuyo secuestro escribí la semana pasada era el líder de los que apoyan la estadidad.) La mejor explicación que le pude ofrecer a mi anfitriona fue que tal vez a muchos simpatizantes de las dos tendencias principales les faltaba una base filosófica que apoyara sus creencias (que habrá que buscarla con una lupa, en todo caso) y más bien estaban interesados en los beneficios económicos que pudieran derivar de dicha relación política. (Y aunque sea un poco duro de decir, esto se extiende también a varios de los simpatizantes de la independencia.) ¿Será algo así como Yankee, go home (and take the Navy with you), but leave us your money!?
Yo quisiera pensar que aún hay posibilidades de crear conciencia en los puertorriqueños, una conciencia que permita trascender las pequeñeces que vivimos todos los días, que permita mirar más allá de qué político me pueda conseguir más dinero para asistencia económica estadounidense (de la que algunos abusan, como si no tuvieran sentido de responsabilidad), o de quién es el que más roba, o quién es el mayor bravucón, o si ocurrieron actos corruptos y el gobernador de turno «lo sabía»…
(¿O será que a alguien más le conviene que los puertorriqueños nos estemos «arrancando las cabezas» por idioteces?)
Mientras tanto,
ESTA SEMANA (2004-29): Una mujer que no tiene NADA que ponerse (literalmente)… Eva no fue el único ser humano tentado por la serpiente… Aprenda en pocos minutos a hablar Náhuatl (aunque ni usted ni yo seamos mexicanos)… Mensajes motivacionales que usted NUNCA verá en su lugar de trabajo… Errores y horrores de los resumés… En la ciudad de Nueva York, un turista precavido vale por dos… Un anciano judío hará LO QUE SEA por recaudar fondos para Israel… Y… Un general retirado recluta a su antiguo valet… ¡sin saber el lío que se ha buscado! (http://espanol.geocities.com/luisdaniel101/humor/index.htm)
OK, ahora sí los dejo. Pórtense bien, ¡porfa! Bye!
LDB