Roban salamis y 100 potes para desempeño sexual

Amigas y amigos, mi gente, se ha desatado una tremenda crisis, a juzgar por esta nota de Telemundo Puerto Rico.  Yo creo que esto debe preocupar a todos los macharranes que están luciéndose por ahí.  Es más, hay que hacer algo para que no sigan robándole al pueblo de Puerto Rico, sus suministros de productos para el desempeño sexual.  ¡He dicho!  (Y dije «dicho», no… esteeeee… ¡no otra cosa!)

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Roban salamis y 100 potes para desempeño sexual

http://www.telemundopr.com/noticias/destacados/Roban-quesos-salamis-y-pastillas-439254833.html

Mr. Branson y la "Resiliencia" (ACTUALIZADO)

Y aquí estoy de regreso, amigas y amigos, mi gente, con el enlace a un artículo escrito citado por Sir Richard Branson (biografía en español y en inglés, como siempre, vía Wikipedia—que por cierto, ahora me entero que es la principal fuente de información de una funcionaria de alto nivel de gobierno… Madam, you know better than that!) sobre la «resiliencia» (y me disculpan por las comillas, pero aún no estoy seguro de que la Real Academia Española la haya aceptado como vocablo en castellano, pero allá Juana con sus pollos) y las maneras en las que la misma se puede construir.  Una cosa de la que se habla mucho en estos días, a la luz del impacto que ocasionaron en Puerto Rico los 2 huracanes categoría 4-5 (alrededor de 150 mi/h o 240 km/h) de septiembre pasado: Irma el 6 de septiembre y María el 20 de septiembre de 2017.  Huracanes que pasarán a la historia de Puerto Rico como lo más devastador que se haya visto en el Puerto Rico de nuestros tiempos (o por lo menos desde 1928, cuando nos azotó un huracán de intensidad bastante similar, bautizado “San Felipe”).


ACTUALIZACIÓN (18 DE FEBRERO DE 2018, 14:00 UTC – 04:00): Ahora tengo que corregir lo antes dicho sobre la palabra resiliencia, como me lo acaba de demostrar la propia Real Academia Española:

RAE-Resiliencia

Quedo corregido entonces. Ruborizado


Y al momento en que escribo esto, unos 145 151 días desde el azote de María, aún está a oscuras casi la mitad de la Isla (¡y hasta las islas-municipios de Vieques y Culebra!), con probabilidades cada vez más lejanas de que se le restablezca el servicio de electricidad (y en algunos casos, el de agua potable también) en un tiempo razonable.

¿Será por la negligencia de alguien, ya sea del gobierno estatal o del federal?  Si es así, para mí que esa negligencia es bastante temeraria, casi rayando en lo criminal.  (Lo siento mucho si alguien se ofende con esto, pero es mi sentir y lo tengo que decir así, guste o no.)  Pero bueno, tarde o temprano se pagará esa negligencia, esa falta de responsabilidad con la gente, con un país que aún está herido, sufriendo las consecuencias de esa negligencia (se dice que de décadas de decisiones mal tomadas, y de índole político partidista muchas de ellas—como la de reclutar en puestos de importancia a familiares o “amigos del alma”, sólo por seguir la línea del partido, el que sea… y ya ustedes saben mi opinión al respecto), pero que se puede poner en pie y se va a poner en pie, le guste a quien le guste.

Sí, mi gente, yo creo mucho en nuestra resiliencia (aun cuando yo pensaba que la RAE no aceptaba esa palabra en el idioma español).  Esa resiliencia es lo que nos ha permitido sobrevivir a cosas peores.  Hasta a mí, personalmente, luego de la clase de año que tuve que pasar en 2017, como ustedes ya saben.  Y esta crisis que está pasando ahora mismo, no será la excepción.

Y ya que estoy de regreso… ¡vamos a dejarlo ahí!  Cuídense mucho y pórtense bien y sean personas razonables.

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