¡Saludos, mi gente! ¡Esto es lo que está pasando!
Seguramente ustedes se habrán enterado ya de lo que se dio a conocer la semana pasada, cuando se reveló que una compañía, supuestamente contratada por el gobierno municipal de Barceloneta (un municipio de la costa Norte de Puerto Rico, famoso por sus sembrados de piñas y por ser la sede de un desarrolo farmacéutico extenso) dispuso de una gran cantidad de perros de los que en Puerto Rico conocemos como «satos» (para que lo entiendan en otros países hispanohablantes, es como decir que son perros «de la calle») tirándolos por un puente alto (más de 50 pies o 15 metros) de una de las principales vías que conducen hacia San Juan… ¡ASÍ COMO LO ESTÁN LEYENDO! Se dice que dicha compañía había sido contratada con el fin de recoger todos los perros realengos que encontrara en los residenciales públicos de Barceloneta, en supuesto cumplimento a una política pública que impide la tenencia de mascotas en esos residenciales (con multas y otras penalidades).
Por supuesto, cuando se dio a conocer esta noticia, la culpa (como siempre) se hizo ajena. Por ejemplo, el alcalde de Barceloneta citó a una conferencia de prensa en la que negaba que hubiese ordenado que se tiraran los perros por el puente para abajo, y amenazó con quitarle la administración de los residenciales al gobierno estatal (Departamento de la Vivienda) para que sea el municipal el que los administre. (Desde luego, cualquier excusa es buena para muchos alcaldes como éste, cuya apariencia—a mi juicio—da la impresión de que a veces actúa destempladamente. Pero bueno, así es alguna gente…) Por su parte, el dueño de la compañía que tuvo a su cargo el operativo, en un aparente deseo de imitar al Apóstol Pedro, negó más de tres veces (¿qué tal «setenta veces siete»?) haber tenido algo que ver con la desafortunada acción. Pero para hacer más difíciles las cosas, él hizo incinerar unos perros muertos que ya estaban en los refrigeradores de su compañía, porque y que «ya estaban oliendo mal».
Pero una cosa: ¿y si alguno de los perros que este señor… no no no, este individuo mandó a incinerar, hubiese sido de los que cayeron en la redada en los caseríos de Barceloneta? ¿Serían evidencia de que sí estuvo involucrado, y quiso disponer de ella antes de que la misma lo implicara? Si me preguntan a mí, yo diría que ni en series de TV como Miami Vice o Law & Order: Criminal Intent había visto tanta intriga criminal.
Aparte de eso, todo esto ha tenido el efecto de causar furor, no sólo en Puerto Rico, sino fuera de nuestras costas. Prueba de esto es la cantidad de noticias que a la fecha en que escribo circulan por la Red, como cualquiera de mis lectores puede comprobar haciendo una búsqueda de la siguiente secuencia (sin las comillas) en Google: «Puerto Rico pet massacre». Y eso atrae la clase de atención negativa que ninguno de nosotros desea. Pero también atrae la preocupación genuina de quienes se ponen de pie y están dispuestos a alzar su voz en contra de la injusticia, especialmente la que se comete contra los pobres y los marginados (como en este caso).
De hecho, valga mencionar que en la Red se están haciendo hasta campañas de peticiones para que las autoridades investiguen lo sucedido y fijen las responsabilidades correspondientes. De éstas quiero destacar la que se lleva a través de The Petition Site para que se le pida al Gobernador de Puerto Rico que ordene una detallada y completa investigación del asunto y se lleve ante la justicia a los responsables de esta matanza, y se penalice a éstos acorde con una ley estatal que condena la crueldad en contra de los animales. La campaña, cuya meta inicial era recolectar 1,000 (1.000) firmas ya había levantado 11.240 (11.240) firmas al momento en que escribo; por cierto, la mía es la número 10,972 (10.972). Si alguno de ustedes está interesado y la campaña no ha cesado, éste es el enlace a la petición.
Mientras tanto, dejo una pregunta en el aire: ¿qué le decimos a los niños de nuestros residenciales públicos, que pueda aliviar el dolor de perder a los que ellos entienden que son sus mascotas, por causa de individuos sin sensibilidad ni sentido de humanidad?
OK, vamos a otra cosa, que ya esto es muy deprimente…
ESTA SEMANA (22–28 DE OCTUBRE DE 2007): En busca de un milagro, un paralítico se echa agua bendita en las piernas… Olvídese de «La Cocina de Giovanna» o del Chef Piñeiro: Aquí les traigo la más novedosa receta de pollo relleno para asar en el horno… Y… Un anciano estadounidense de visita en Francia le da una lección de «civismo» a un funcionario de la aduana local.
Visite Sitio ‘Web’ de Luis Daniel Beltrán y oprima donde dice «Humor, según Luis Daniel Beltrán».
¡Y vamos a dejar eso ahí! Cuídense mucho y pórtense bien. ¡Hasta luego!
LDB