Hola, mi gente. ¡Esto es lo que está pasando!
Para ser sincero con ustedes, ésta es una de esas veces en las que se me hace un poco difícil escribir algo, ante un tema tan escabroso como el que caracterizó esta semana pasada. Primero fue la revelación de que los evangelistas de la santa prosperidad, es decir, un dúo de individuos que se hacen llamar «apóstoles» (palabra que, a mi juicio, merece utilizarse con el mayor de los respetos), son al momento objetivos de una investigación del Departamento de Hacienda de Puerto Rico. ¿Por qué? Porque aparentemente, estos señores (y tal vez otros) se aprovecharon de los beneficios contributivos para amasar fortunas personales, y para desarrollar una serie de negocios lucrativos. Entre estos negocios, se cuenta el desarrollo de unos terrenos en un sector altamente cotizado (es decir, ¡caro con… ganas!) para construir unidades de vivienda… de las que quienes dan su ofrenda semanalmente no se podrían beneficiar. (El costo promedio de una de esas viviendas sería de más de US$500 000… ¡Ya yo quisiera tener un sueldazo que me permitiera comprarme una!)
Lo cierto es que ésta era una cosa que se veía venir (en contraste con la otra terrible noticia que comentaré más adelante), en virtud de la extraña filosofía «religiosa» de estos «apóstoles»* (léase como «apóstoles entre comillas, en minúsculas y con asterisco»). Filosofía que nos da lindezas como ésta: «Dios quiere que tú prosperes…» (dicho por uno de estos «apóstoles»* vestido de mucho brillo y de la más exquisita seda). Por supuesto, esto no se refiere necesariamente a desarrollar las capacidades para que uno(a) pueda sobrevivir los embates de la vida y pueda salir adelante, no importa lo que la vida nos ponga en el camino (por supuesto, sin que falte la fe en Dios o en el Ser Supremo o Entidad Suprema según cada quien lo entienda).
Yo no sé cómo lo vean, pero para mí que Jesucristo tenía razón al decir, Te aseguro que con eso, ya ellos tienen su premio…
Enigüei, la otra noticia que sacudió a Puerto Rico al concluir la semana fue la revelación de un alegado vídeo tomado por una cámara de seguridad en el Capitolio de Puerto Rico (¡allí mismo, junto a donde yo trabajo en San Juan!), en el que aparece un senador de la actual mayoría legislativa (PNP), en una supuesta actuación indecorosa con una mujer (o sea, besándola). La cuestión es que lo del llamado vídeo de seguridad C-59 (¿no podía haber sido C-69? Digo, pudo haber sido peor…) ha tomado el matiz de un chisme, al tratarse de una aparente componenda para perjudicar al senador implicado, al no formar parte de la facción de la mayoría que quiere imponer al ex-gobernador y ahora senador por Arecibo, Dr. Pedro J. Roselló.* El caso es que el susodicho senador implicado ha tenido que salir a la palestra pública a defender su integridad (y la de las 2 damas implicadas en el supuesto incidente, ¡una de las cuales estaba procurando ayuda del senador en cuestión para un tratamiento de cáncer, en el momento de producirse el incidente!), mientras que las personas que promovieron el escándalo, o siguen aferradas a su cuento (y me apena que ése sea el caso de una senadora que antes se ganó el aprecio del pueblo puertorriqueño, por su participación en el esfuerzo para la salida del U.S. Navy de Vieques) o se esconden (como lo COBARDES que son) detrás del consabido «este asunto está bajo investigación» para no decir ni «esta boca es mía».
(Por cierto, la senadora supuestamente escandalizada en cuestión dice ahora que el vídeo divulgado a la prensa el viernes pasado «no fue el que ella vio», y que a lo mejor el que ella vio ya fue destruido… Qué conveniente, ¿no?)
Definitivamente, algo anda terriblemente mal en Puerto Rico, cuando semana a semana tenemos que presenciar situaciones como las que acabo de comentar. Me pregunto qué será lo próximo: ¿legisladores que eliminan a quienes no les caen bien, poniéndoles zapatos de concreto armado y arrojándolos al mar? (No muy diferente de lo que ocurrió con aquel candidato presidencial mexicano, asesinado por sus rivales políticos ante la mirada horrorizada del mundo…)
Y éstas son las mismas personas que le piden al pueblo que obedezca las leyes, o que se arrepientan de sus pecados y se vuelvan a Dios… Es más, yo insisto en que Jesucristo tenía razón, al llamarlos «sepulcros blanqueados»…
Que Dios (o el Ser Supremo o Entidad Suprema según cada quien lo entienda) nos encuentre confesa’os… Mientras tanto, vamos a otra cosa.
¿QUÉ HAY DE NUEVO ESTA SEMANA?
CERRAMOS LA PÁGINA DE OCTUBRE CON: Una muchacha intentará una estrategia para cuando algún chico quiera propasarse con ella.
Y COMENZAMOS EL PENÚLTIMO MES DE 2005 (¡PUES! NOVIEMBRE… A MENOS QUE A NUESTRA «HONORABLE» ASAMBLEA LEGISLATIVA LE DÉ LA GANA DE QUE SEA OTRO MES) CON: Lo que sucede cuando el presidente de la nación más rica y poderosa del mundo visita a los niños del país más pobre… Una niña que está lavando su gato… Una chica que se pone nostálgica cada vez que hace el amor… Y… La respuesta del presidente de la nación más rica y poderosa del mundo (ey, yo acabo de usar esa frase, ¿no?) a la posible pandemia de gripe aviar.
OK, ¿ya viste el vídeo C-59 (o estás buscando el C-69, ah)? Pues échate pa’cá.
Bueno, con eso los dejo por lo pronto. Ya veremos qué nuevo chisme surge. Cuídense mucho y pórtense bien. Bye!
* QUE CONSTE EN EL RÉCORD (12 DE NOVIEMBRE DE 2005): Para quienes leen esto fuera de Puerto Rico, a lo que me refiero con esto es al intento del mencionado ex-Gobernador (1993–2000) y hoy senador por el distrito de Arecibo, de acceder «por sus… pantalones» a la presidencia del Senado de Puerto Rico, posición que actualmente ocupa el senador Kenneth McClintock-Hernández, debidamente electo al cargo. La controversia por esa posición no es nueva, ya que la senadora involucrada en la controversia por el famoso vídeo (Norma E. Burgos) también optó en su momento por esa posición (por haber recibido la mayor cantidad de votos en las elecciones generales de 2004), lo cual no logró. (¡Quién sabe si el que ella esté metida en el chisme del vídeo C-59 también responde a eso!) Sin embargo, esta controversia ha traído consigo elementos que deben ser motivo de preocupación, como actos de espionaje presuntamente dirigidos contra el mencionado presidente senatorial y su familia… Como lo implico arriba, desde ahí hacia una conducta explícitamente criminal, sólo es cuestión de un paso…
LDB