Mi gente, esto es alarmante. Alarmante. ¡ALARMANTE! No se me ocurre otra manera de calificar lo observado la semana pasada, luego de una serie de situaciones muy lamentables.
Primero, luego de que se llegara a varios acuerdos para poner fin al paro huelgario en la Universidad de Puerto Rico, y de que los estudiantes en paro ratificaran los mismos en una Asamblea Nacional el lunes 21, la administración universitaria—en lo que se ve muy a las claras como un acto de burdo revanchismo—optó por retractarse de dichos acuerdos y reanudó una acción judicial que llevaba para que se sancionara a los estudiantes en paro. Esto, no sin que antes la asamblea legislativa puertorriqueña aprobara a toda carrera y sin discusión, y el gobernador Luis G. Fortuño Bruset refrendara, una medida para aumentar la cantidad de miembros de la Junta de Síndicos de la UPR, de 14 a 17 miembros, de modo—según se dice—de inclinar aún más la balanza a favor del partido en el poder (el PNP).
(Y no conformes con eso, una de las acciones en disputa, la imposición de una cuota de US$800 por estudiante para poderse matricular a partir de enero, a fin de “cuadrar” el presupuesto universitario, ha sido aprobada por la “new-and-improved” Junta de Síndicos para implantarse a partir de enero de 2011. Yo no sé, pero a mí me huele a que habrá pelea otra vez…)
Después de eso, ante las acusaciones por corrupción de las que fuera objeto el Senador Héctor “Macaracachimba” Martínez—el mismo que a pesar de su aparente juntilla con un presunto narcotraficante ya fallecido, no quiere que lo llamen ‘narcosenador’—en el ámbito legal estadounidense, casi toda la delegación senatorial de la mayoría (PNP) (menos una senadora que se encontraba fuera de la Isla) hizo un despliegue de apoyo y solidaridad detrás de su figura, como no se había visto anteriormente. Apoyo que incluso ha llevado al presidente del Senado, Thomás Rivera Schatz, a emprenderla contra el SAC (siglas en inglés para “agente especial a cargo”) del FBI en Puerto Rico, Luis Fraticelli, al que tildó como “el rey de la feca” (o sea, el rey de la mentira).
A mí este “cambio” de opinión me parece sumamente extraño. ¿Será porque contrario a otras ocasiones, el imputado no es del bando político contrario—como en el caso del hoy ex-gobernador Aníbal Acevedo Vilá (PPD)? Para eso tanto el FBI como la fiscalía estadounidense eran buenas entonces, ¿no? ¿O será por alguna públicamente desconocida complicidad de muchos de estos senadores, en los manejos turbios de los que hoy se acusa a su correligionario? Yo no sé, pero si esto último fuese así, a mí me parece que estos senadores se están subiendo demasiado la falda, a riesgo de que se les vea… esteeeeeeeeee… ¡el refajo!
Para completar, y probablemente para evitar que se cuestionara públicamente la presencia del narcosenador (¡y dale, que es tarde!) senador Martínez en el último día de aprobación de proyectos de la sesión ordinaria actual, el propio presidente senatorial Rivera Schatz, obstruyó—según los afectados, de manera injusta y arbitraria y con aires de fascismo—la labor de los periodistas que cubren el Capitolio insular, impidiéndoles el acceso a la cada vez peor vista “Casa de las Leyes”. Obstrucción e impedimento que—aun si como argumenta Prometeo, los propios periodistas puertorriqueños ‘se los buscaron’ por dejarse chantajear mediante la pauta de anuncios gubernamentales en los medios para los cuales trabajan—no deja de ser un síntoma de abuso y de la “borrachera” del poder, y una falta de respeto al mismo pueblo al que estos políticos dicen representar, y a los medios que tienen la ingente labor de alertar al público sobre cómo se manejan sus impuestos… y a fin de cuentas, su destino.
Por supuesto, él dirá luego que se sacó a los periodistas del Capitolio porque un “periodista” aparentemente no acreditado “se pasó de la raya”. ¿Cómo exactamente? Habrá que darle tiempo a los libretistas de siempre, a ver qué (o a quién) inventan para justificar eso. Pero entonces, por culpa de un supuesto “periodista no acreditado”, ¿tienen que pagar los platos rotos los demás periodistas que—bueno o malo—están haciendo su trabajo? Para mí que eso no era. ¡ESO NO ERA!
Irónicamente, esa obstrucción y ese impedimento contradicen las prédicas de libertad y democracia que constan en la Constitución y las leyes de los Estados Unidos de Norteamérica, las cuales nos atan para bien o para mal. Así que, ¿con qué cara vienen ellos a hablarle al resto de nosotros de democracia y de buscar “la igualdad” con “nuestros conciudadanos del norte”, si sus acciones son contrarias a lo que predican? (No en balde, hay muchos puertorriqueños que creen—porque no han dejado de creer de buena fe, con toda la mejor voluntad del mundo—en el mismo ideal anexionista que estos pseudolíderes defienden de la boca hacia afuera, pero que están completamente desencantados, o más bien, desengañados con lo que ven cada día. Y ésa es la realidad, gústele a quien le guste y duélale a quien le duela. Pero ya eso es otro tema…)
Creo que voy a aprovechar para citar de nuevo lo que escribí un tiempito atrás sobre el afán de protagonismo del “distinguidísimo” líder senatorial, para que no se nos olvide:
“Para mí hay una cosa que es segura, y es que él quiere que la gente hable de él—bien o mal, pero que hablen de él—, que lo vea como el gran protagonista, como un hombre de poder, que puede hacer y deshacer sin que se le cuestione su capacidad, porque quien lo cuestione, quien lo critique es su enemigo, es de los que ‘no le gusta que se digan las cosas positivas que él el Senado está haciendo por Puerto Rico y sólo destacan lo negativo’, como dijo de ‘algunos sectores de la prensa’ puertorriqueña. (Y aunque eso no me impide pensar lo que ya en otras ocasiones he dicho aquí sobre algunos sectores de la prensa, sospecho que por lo demás él es de los que prefiere matar al mensajero cuando éste se atreve a cantarle las verdades.)”
«La vida es como una caja de chocolates…» (23 de agosto de 2009). (Noten que el énfasis en “él” está en el original; otros énfasis, los hago ahora con toda intención. Y mi referencia a lo dicho en este blog sobre algunos sectores de la prensa… bueno, ustedes ya la conocen: no todos los periodistas—ni todos los medios de prensa en Puerto Rico—son “hermanitas de la caridad”. Pero eso no significa que tengan que pagar justos por pecadores.)
Yo aún tengo la fe de que la misma prensa puertorriqueña a la que este “distinguidísimo” senador quiere mandar a callar, despierte y se atreva a cantarle las verdades… ¡y prevalezca! ¡Y cuanto antes, mejor!
Pero en lo que el hacha va y viene, tengo que cuestionar la prepotencia de estas personas, el afán desmedido de conducirse como si estuvieran librando continuamente una batalla contra quienes no comulgan con su visión de mundo, desde los grupos comunitarios cuyo único “delito” es brindarle nuevas posibilidades a los sectores marginados de nuestra comunidad, pasando por los abogados y los grupos que defienden sinceramente—no de la boca para afuera—el medio ambiente de nuestro archipiélago boricua, hasta los estudiantes universitarios que buscan salvar el semillero del que saldrán las nuevas ideas que ayuden a poner a todo un país sobre sus pies. Digo, ¿qué se gana con crear una seria crisis económica y social, que lo único que hace es empeorar lo que desde el principio ha sido una mala situación? ¿Qué se gana con estar en una guerra constante contra quienes no encajan dentro de la visión de mundo “oficial”? ¿Qué se gana con dividir a una sociedad que de por sí ya está enferma, que tiene que lidiar con una crisis delictiva en cada vez mayor deterioro, con una oleada de violencia doméstica (o más correctamente, violencia de género) como nunca se había visto (donde la víctima puede ser acribillada a balazos frente a sus hijos, o hasta se le rocía combustible y se le incendia), con un cuadro desalentador en su salud mental? ¿Qué se gana con actuar de manera irresponsable y sin ponderar consecuencias?
La respuesta a estas preguntas… bueno, en todo lo que este blog lleva de existencia he gastado demasiados unos y ceros en ella, pero a veces no hay más remedio que repetirla: ¡NADA! ¡ABSOLUTAMENTE NADA!
¡Y vamos a dejar eso—y la primera mitad del 2010—ahí! Cuídense mucho y pórtense bien.
LDB