Hola, mi gente. ¡Esto es lo que está pasando!
Bueno, hoy quiero pasar revista a «lo bueno» que nos dejó el año que está por terminarse en unos días…
…
OK, y con eso los dejo por hoy…
¡NO, NO, NO, NO, NO! Son puras bromas. 😀
La verdad es que estoy haciendo un repaso de todo lo que escribí en este blog durante el año que está por terminar, a ver cómo hemos evolucionado en Puerto Rico, para bien o para mal. Al menos podemos alegrarnos de que, contrario a mis mayores temores, no nos azotó ni una tormenta después de lo vivido en 2004 con la entonces tormenta Jeanne, a pesar de lo hiperactiva que resultó la temporada de 2005. Alrededor de 27 tormentas nombradas este año, 3 de las cuales afectaron enormemente el Sur de los Estados Unidos, más el uso, por primera vez en la historia, del alfabeto griego para nombrar tormentas. La causa, llámese como se quiera llamar (incluso un efecto resultante del calentamiento global), debe ponernos a pensar si es tan significativa la huella que la humanidad está dejando sobre el planeta, o si es parte de los ciclos naturales que lo renuevan.
Pero si no sufrimos el impacto de los eventos atmosféricos catastróficos como esos, sí hemos tenido que soportar un impacto más severo aún: el de lo que se podría describir con una frase de la escritora Melodie Beattie, «la gente de la mentira». No hace falta decir a quienes me refiero, pero por si acaso, hablo de quienes buscan alimentar su egoísmo y su vanidad, de quienes el uso del poder les hace creerse por encima de las leyes y las normas de sana convivencia, de quienes actúan con odio y maldad en sus corazones, sin pensar en las consecuencias que sus actos les puedan acarrear…
Y entonces, ¿qué es lo que nos queda cuando quienes actúan de esa manera son los mismos que nos exigen al resto de nosotros que obedezcamos las leyes de tránsito, que denunciemos la actividad criminal a la policía, que no arrojemos basura a nuestras calles y avenidas, que paguemos nuestros impuestos cada 15 de abril…? Nos queda un pueblo que tiene que pagar más por los servicios básicos y los productos de primera necesidad, que tiene que soportar el azote de una delincuencia aparentemente sin control, que tiene una proporción (no muy alta, pero notable) de su población con problemas de salud mental (que como dije en mi mensaje de la semana pasada, ha sido muy notable en los últimos meses), que tiene que soportar la «parejería» de ciertos semidioses en el movimiento obrero (de esos que viven de lo que le arrebatan en cuotas a sus unionados), y aún la de aquellos que prefieren ser ciegos ante el impacto perjudicial de sus paralizaciones laborales…
Un cuadro bastante sombrío, ¿no? Falta por ver si el año 2006 nos trae este mismo cuadro, si no es peor lo que nos traiga…
Mientras tanto…
¿QUÉ NOS DEJÓ SANTA CLAUS BAJO EL ARBOLITO DE NAVIDAD? ¡Alarmante! Bajar una canción a través de la Internet es más grave que meterse en una pelea a muerte… Un niño quiere un disfraz diferente para la próxima fiestecita navideña… El encuentro romántico de un mexicano norteño… Una joven lleva un bebé enfermo a la consulta médica… ¿y qué ca…ramba se le ocurre hacer al médico?… Para poder entrar al Cielo, tres hombres fallecidos deben mostrarle a San Pedro algún símbolo de la Navidad… Y… Encuentro fatal entre los infantes de marina y los rangers del ejército.
MÁS UN BONO DE FIN DE AÑO 2005, al comienzo de la misma página en el mensaje del «Zodiaco Besucón»… ¡les encantará! 😉
(OK, déjenme explicar esto último: En ese mensaje, acabo de incluir una serie de fotos… digamos, «muy especiales», de los signos del zodiaco. Estas fotos forman parte de un conjunto de fotos que recibí de algún sitio de Internet hace algunos años. Yo estoy seguro que las van a encontrar interesantes…)
(De hecho, si alguno de mis lectores interesa las versiones originales de dichas fotos, en lugar de las imágenes reducidas que aparecen en la página de diciembre de 2005, por favor envíeme un email, ¿OK?)
Aquí es que es, aquí es que es.
Bueno, con eso los dejo hasta el año que viene, si no sucede nada más de aquí hasta allá. Por lo pronto, pidamosle al Ser Supremo (como siempre: llámese Jehová, Allah, o como quiera que se le entienda) que nos dé una esperanza de un futuro mejor, para Puerto Rico y para el mundo. Cuídense mucho y pórtense bien. Bye!
¡FELIZ AÑO 2006!
LDB