Saludos,
1) Antes que ninguna otra cosa, quiero empezar por expresar nuevamente mi solidaridad con la gente del estado de Florida (EE.UU.), al atravesar otro momento aciago con el paso del huracán Frances. Precisamente, este huracán estuvo a punto de dejar sentir sus efectos esta semana que acaba de terminar (excepto para algunos de nosotros, ya que mañana también se observa en Puerto Rico el «Labor Day» estadounidense), al pasar a bastante distancia al Norte de Puerto Rico el pasado martes (8/31/2004) (aunque como quiera, casi «partió por el medio» a las Bahamas el viernes 9/03). A pesar de que Gracias a Dios, la intensidad de Frances ha ido disminuyendo según ha penetrado la Florida, no deja de preocupar el fuerte impacto de tener que enfrentar dos huracanes corridos, con apenas 3 semanas de diferencia. Yo no sé qué yo haría si ése fuera el caso. De nuevo, sólo resta pedirle a Dios (o al Ser Supremo en el que el/la lector/a crea) que la gente de Florida pueda ponerse de pie pronto.
2) Al comienzo de esta semana que acaba de terminar, me vi en la circunstancia de tener que conducir a una miembro del personal de mi oficina a las instalaciones de Ramallo Brothers Printing, una conocida compañía puertorriqueña dedicada a la impresión de distintos tipos de publicaciones (materiales promocionales, libros, etc.). Al principio, estuve algo reacio a aceptar la petición, pero al final opté por cumplir esta encomienda (aunque eso significara que debía dejar de lado mi intención de ir de librería en librería en el Viejo San Juan en busca del libro de la recién fallecida Elisabeth Kübler-Ross, On Death and Dying, pero eso lo dejaré para el próximo tema). El caso es que tuvimos una conversación con uno de los ejecutivos de la compañía, el cual tenía a su cargo el asunto al cual respondía la presencia de la compañera de trabajo de mi oficina. Durante la conversación, uno de los temas que se tocó fue el trabajo del personal técnico del gobierno (especialmente el de mi lugar de trabajo, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico) vs la manera en la que se aprovecha (o no) dicho trabajo como parte de las funciones ministeriales de esa agencia de gobierno estatal. Para mí, fue interesante discutir con el ejecutivo en cuestión sobre cómo el personal técnico desempeña lo que a mi juicio es una labor de excelencia en la protección y conservación de los recursos naturales y el ambiente en Puerto Rico, y cómo a veces ese trabajo, además de que no trasciende las paredes del edificio agencial, sufre diversos azares… ¡máxime cuando uno se mueve dentro de un ambiente fuertemente politizado, como el que permea en Puerto Rico! (Y eso, para que lo sepan, no es un mal privativo de países como México o Perú, por citar ejemplos.) El caso es que poco después de la conversación, pensé si sería bueno dar a conocer, a Puerto Rico y al resto del mundo, quiénes son estas personas que laboran en el día a día ecológico y ambiental, buscando aportar al mejoramiento de la calidad de vida de los puertorriqueños del presente y del futuro. Pueden estar seguros de que las ideas sobre cómo hacer esto, las hay. Una idea que estoy considerando sería publicar en la Internet (¿en mi sitio web?) una serie de perfiles, similares a los que están colocados por el programa Sea Grant, del gobierno estadounidense, en los que se destaca el trabajo que realiza la persona y lo que éste conlleva, aspectos positivos y negativos del trabajo, impresiones personales y algún consejo para nuestros jóvenes, especialmente aquéllos que quieran desempeñarse en profesiones como las nuestras… No sé qué piensen, pero creo que me estoy animando a poner en práctica esta idea…
3) Y vuelvo con el tema de la Dra. Elisabeth Kübler-Ross. Ya que no pude de ninguna manera hacer una exploración de librerías en busca de su libro, On Death and Dying (sobre todo, al salir de mi oficina la tarde del mismo lunes 8/30/2004, al caer enredado en un fuerte congestionamiento vehicular o «tapón», como lo llamamos cariñosamente por acá) he tenido que recurrir a la Internet para poderlo conseguir… En todo caso, digamos que ya esa gestión se hizo y se completó. Mi esperanza es de empezar a leer ese libro, más otro de ensayos sobre la muerte y el morir y cómo ello nos ayuda a entender nuestro tránsito por este «valle de lágrimas» en el que nos ha tocado estar. Ya les contaré en futuros mensajes mis impresiones sobre los postulados de la Dra. Kübler-Ross, especialmente lo relacionado con las 5 etapas del dolor (y cómo éste en particular se aplica—correctamente o no—a muchas otras áreas de la vida).
4) OK, ¿qué más me falta? ¡Ah!…
ESTA SEMANA (2004-35): Qué tienen en común la luz, el sonido y la gente… Un individuo, un barco y una elección peligrosa… Un desastroso accidente de tren… Nuevas especificaciones para las tuberías que instala el gobierno… Un concursante llega a la ronda final por el gran premio de $50,000… ¡Por fin! Una versión de comienzos del Siglo 21 de las tan llevadas, traídas y gastadas «aves y abejas»… Y… Un granjero le pone una trampa a un vendedor ambulante que pernocta en su granja.
(http://espanol.geocities.com/luisdaniel101/humor/index.htm)
Bueno, hasta aquí me trae el río, por el momento. Cuídense mucho. Ciao!
LDB