Saludos, mi gente. ¡Esto es lo que está pasando!
Aquí están a punto de terminar las «vacaciones» que más de 95 mil servidores públicos en Puerto Rico—entre los cuales está quien les escribe… no tengo por qué ocultar ese hecho—nos vimos forzados a tomar desde el día 1 de mayo de 2006 (irónicamente, en la efeméride no reconocida oficialmente del «Día Internacional de los Trabajadores»). Para mí, estas «vacaciones» han sido en la práctica lo que los estadounidenses llamarían un emotional rollercoaster. Muchas han sido las emociones vividas durante estos 16 días (si incluimos el fin de semana previo al inicio del cierre agencial), como decepción, desengaño, ira, frustración, miedo… hasta deseos de «tirar la toalla» y «dejarles el canto» a quienes muy hipócritamente dicen estar trabajando «por el pueblo». Y la verdad es que muchos de nosotros aún sufrimos de ese desengaño, al ver la verdadera cara de aquéllos(as) a quienes se da una confianza que no se merecen. Y lo peor de todo es que a mi modo de ver, no hay certeza de que una crisis como ésta no se repita en el futuro, a pesar de las medidas que se aprobaron este fin de semana en la Asamblea Legislativa para la firma del Gobernador. (Y yo que lo decía medio en broma y medio en serio antes de que ocurriera el cierre agencial…)
(Por cierto, todavía pienso seguir enviando resumés a firmas de consultoría en los Estados Unidos, especialmente en Florida, «por si las moscas»…)
En todo caso, personalmente creo que hay varias lecciones que podemos extraer de lo sucedido en los pasados 16 días, tanto en lo individual como en lo colectivo, y a eso quiero dedicar el resto de esta sección de mi entrada de hoy. Según las mismas salieron de mi cabeza (a eso de las 07:00:00 UTC -04:00:00 del domingo 14) y sin un orden estricto, estas lecciones son:
1. Hay decisiones que deben tomarse con mucho cuidado, pues las mismas pueden tener efectos devastadores. Tomar una decisión como la de cerrar un taller de trabajo, ya sea una fábrica (como sucedió precisamente anteayer, 12 de mayo de 2006, con la fábrica en la que se hacen las mentas «Tic Tac» en Caguas), una tienda o hasta las mismas agencias de la rama ejecutiva de gobierno, puede causar efectos adversos en la salud física, mental, económica y demás de las personas a quienes se les quita su oportunidad de ganarse el sustento diario.
2. Cada una de las partes involucradas en un conflicto debe asumir su responsabilidad y aportar a la solución del mismo. Algo que se vio muy claramente durante esta crisis fue la actitud de cada una de las partes, de evadir la cuota de responsabilidad que le tocaba, y dirigiendo la culpa del conflicto hacia la parte contraria. Ciertamente, eso dice muchísimo de quienes se supone que tengan madurez y carácter para enfrentar las situaciones apremiantes. (¡Ya yo quiero ver lo que harán estos seudolíderes si, Dios no lo quiera, nos azota un huracán peor que Katrina… y eso, que la temporada de huracanes del 2006 está a la vuelta de la esquina!)
3. La solución a los graves problemas que vive Puerto Rico debe trascender la estrecha óptica político-partidista que permea actualmente. Aquí no se trata de una falaz superioridad ideológica (más o menos al estilo de la Guerra Fría entre los Estados Unidos de América y la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), de demostrarle al mundo (o al menos, a los fanáticos recalcitrantes) «quién es el más macho aquí», o quién es el que va a «salvar» a Puerto Rico de caer en la ruina económica. ¿Será acaso mucho pedir?
4. Se necesita un mayor involucramiento (a mí esta palabra me parece mejor que el horrible calco de «envolvimiento») de sectores de nuestra sociedad que no tengan «los deditos amarrados» con la política partidista en la solución de conflictos como el que nos ha traído hasta aquí. En otras palabras, se necesita de lo que Einstein llamó las «mentes brillantes», como las de los 4 miembros de la comisión de CIUDADANOS RESPETABLES (uno de ellos, un ex-juez del Tribunal Supremo de Puerto Rico) que en apenas un par de días, logró solucionar un tranque que las «mentes mediocres» no tenían la voluntad ni el deseo de resolver. Ciertamente, Puerto Rico tiene que estar agradecido de que en Puerto Rico aún existen estas mentes brillantes, y sobre todo, que las mismas SE DIERON A RESPETAR. PUNTO. NADA MÁS QUE AÑADIR.
5. Todos(as) debemos reconocer que las crisis como ésta sacan a relucir lo mejor de nosotros… ¡y desgraciadamente, también lo peor de nosotros! Desde el insulto gratuito contra el adversario, la burla, el gesto altanero, la posición de que «no vamos a permitir que se solucione este asunto porque a nosotros… ejem… ¡A MÍ!… no nos da la gana» (aunque no se diga exactamente con estas palabras)… y hasta la manía de estar tirando palos a ciegas (como hicieron los miembros de uno de los gremios que cobija a los maestros de escuela pública, al irse a piquetear frente a un crucero lleno de turistas que querían ver el Viejo San Juan… dizque para meter en el debate a «los grandes intereses»)…
6. Es triste decirlo, pero para la solución de los problemas que tenemos, tanto individual como colectivamente, no podemos (ni debemos) confiar en los políticos de turno. Definitivamente, éstos nos han demostrado que no tienen la capacidad, la entereza de carácter, ni la madurez necesaria para resolver nuestros problemas, sobre todo mientras no trasciendan la estrecha óptica político partidista, como dije arriba.
7. Mucho se ha dicho sobre la presunta «seguridad de empleo» de la que alegadamente disfrutan los servidores públicos en Puerto Rico. Sin embargo, esta crisis ha puesto esa supuesta seguridad en entredicho, al dejarla a merced de la voluntad (o falta de la misma) de los políticos de turno y de cómo ellos manejen estas crisis, bien o mal.
(Por cierto, a mi gente en la empresa privada, por favor, no nos tengan envidia, ¿OK?)
8. Sobre todo, y esto es lo que yo creo es la lección más importante para cada uno de nosotros, debemos recordar que los seres humanos tenemos, en mayor o menor grado, algo que se llama «voluntad para sobrevivir» (si recuerdan la cita en el mensaje de la semana pasada, tomada del Manual de Supervivencia del Ejército de Estados Unidos). En nuestro caso, la nuestra fue puesta a prueba de una manera que nunca se había esperado. Pero lo más importante es que hemos demostrado que NADIE… ABSOLUTAMENTE NADIE… puede ni podrá quebrantar nuestra voluntad para sobrevivir.
Y QUIEN NO LO CREA… ¡QUE HAGA LA PRUEBA!
OK, ya está bueno de tanta queja. Ahora viene lo que ustedes siempre están esperando…
(Digo, ¿ustedes están esperando esto, o no? No me hagan quedar mal, porfa…)
ESTA SEMANA (15—21 DE MAYO DE 2006): ALGO QUE SE ME QUEDÓ DEL MES DE ABRIL: Lo que te dice tu médico vs lo que eso realmente significa. Y CONTINUAMOS EN MAYO CON: Una anciana se ve en problemas en el supermercado cuando quiere comprar comida para sus mascotas… Más una viejita que está muy cansada, otra viejita que va de visita a la cárcel, y un viejito que se compra «lo último en la avenida» en aparatos para la sordera… Tres toros se ponen «endiabla’os» con la noticia de que pronto se les sumará un toro nuevo (¡y esperen a enterarse de cómo es ese toro nuevo!)… Un niño es objeto de burla constante por el valor de las monedas de 5¢ y 10¢… Un sacerdote católico, un ministro evangélico y un rabino judío enfrentan el reto de llevar el evangelio a los osos… Y… Estimado hombre soltero o divorciado: si no estás seguro de qué buscas en tu pareja… ¡sométela a un cuestionario!
Así que ya lo sabe, visite Humor, según Luis Daniel Beltrán.
Bueno, ahora sí los dejo, que ya mañana vuelvo a la lucha diaria. Cuídense mucho y pórtense bien. Bye!
LDB